Engaño…
Llevo puesta una máscara, y si, si lo sé. Sin embargo, todo el tiempo lo negué, y es cierto, no me arrepiento.
Esa máscara es mi escudo, me protege de aquello que puede lastimarme, que podría herirme.
Logré creerme yo misma lo que esa falsedad que existe en mi representaba, creí que te había olvidado.
Esa máscara me demostraba una sonrisa ante el espejo, haciéndome ignorar esa mueca de dolor que expresaba mi corazón. Esa sonrisa me hizo creer, que no te extrañaba.
Pero la mentira tiene patas cortas, e incluso la máscara más dura puede quebrarse, y así lo hizo.
Aquel día, en que tus recuerdos se hicieron presentes, en mi mente, en mi corazón y en todo mi ser. Ese momento en que sentí nuevamente tus ojos, en los míos y recordé, cuanto era el anhelo que yo sentía por ellos. Tus cálidos labios rozando con mi mejilla, como podría una simple máscara negar lo que me hacia sentir tenerte cerca.
Que ilusa me siento, por creer por un instante, que llegaría a ser feliz sin ti a mi lado.
Y al probar tus labios, indispensable es decir, que esa máscara quedó hecha pedazos.

No hay comentarios:
Publicar un comentario